“Las células de tu cuerpo escuchan tus pensamientos”
Ellas pueden comunicar cómo reaccionas ante el estrés y cómo este puede tener un fuerte efecto en tu salud en general y longevidad.
Las personas experimentamos estrés de muchas formas: algunos lo sienten como un “golpe en el pecho”, “un nudo en el estómago”, “presión baja mientras sudas”, o como una “aspiradora en los pulmones que succiona aire”. De estas maneras y más, el estrés se percibe, y puede impactar negativamente tu bienestar.
El estrés crónico puede ser muy dañino, ya que actúa como un botón que activa un mecanismo de emergencia en nuestro cuerpo. Este mecanismo está diseñado para prepararnos para enfrentar situaciones de peligro extremo, como cuando nuestros antepasados huían de depredadores. En esos momentos, el cuerpo eleva los niveles de glucosa y aumenta los marcadores inflamatorios para protegernos, por ejemplo, si sufrimos una herida. Cuando nos volvemos crónicamente estresados, este mecanismo se activa continuamente, lo que nos perjudica en lugar de protegernos.
La inflamación constante causada por el estrés puede dañar los órganos y afectar nuestro sistema inmunológico, aumentando el riesgo de enfermedades graves como el cáncer de colon y afectando la longevidad cognitiva, es decir, la capacidad de mantener una mente sana y resiliente a lo largo del tiempo. Es vital desarrollar estrategias para enfrentar el estrés de manera activa y mejorar nuestra capacidad de adaptación, ya que la resiliencia al estrés es clave para vivir una vida más larga y saludable.
Regular el estrés es fundamental no solo para el bienestar físico, sino también para mantener un equilibrio mental y emocional que nos permita prosperar a largo plazo.
Haz este test rápido para entender cómo tu cuerpo y mente reaccionan ante el estrés.
Este autoanálisis realizado por la psicóloga Elissa Epel te ayudará a evaluar las fuentes de tu reactividad y resiliencia al estrés.
El objetivo de esta prueba informal (no es una medida de investigación validada) es generar conciencia sobre sus propias tendencias a responder de una determinada manera al estrés crónico.
También debes saber que si te enfrentas a una situación grave, tu puntuación de respuesta cambiará a un nivel más alto.
Compara tus resultados
Puntuación total de 11 o menos: Tu estilo de manejo del estrés tiende a ser saludable. En lugar de sentirte amenazado por el estrés, tiendes a sentirse desafiado por él y limitas el grado en que la situación se extiende al resto de tu vida. Te recuperas rápidamente después de un evento. Esta resiliencia al estrés es una noticia positiva para tu salud.
Puntuación total de 12 o más: Eres como la mayoría de nosotros. Cuando te encuentras en una situación estresante, el poder de esa amenaza se ve magnificado por tus propios hábitos de pensamiento. Esos hábitos están vinculados, directa o indirectamente, con una vida y salud más cortos.
A continuación, analizamos más de cerca los hábitos mentales asociados con cada pregunta:
Amenaza por estrés
Preguntas 1 y 2: Las primeras dos preguntas miden cuán amenazado te sientes por el estrés. Cuando el nivel de miedo es alto y sientes que tienes pocos recursos para enfrentarlo, tu cuerpo activa una fuerte respuesta hormonal e inflamatoria al estrés. Este tipo de estrés, conocido como “estrés por amenaza”, y genera una serie de respuestas mentales y fisiológicas que, con el tiempo, pueden dañar tus telómeros, los cuales son esenciales para la salud celular y la longevidad. La buena noticia es que hay formas de transformar este tipo de estrés en una sensación de desafío, lo cual es mucho más saludable y productivo. En lugar de sentir que el estrés te domina, puedes aprender a verlo como una oportunidad para crecer y fortalecerte.
Rumiación
Pregunta 3: La pregunta 3 evalúa tu nivel de rumia. La rumia es ese ciclo de pensamientos repetitivos e improductivos sobre algo que te molesta. Si no estás seguro de con qué frecuencia rumias, ahora puedes empezar a notarlo. Muchos desencadenantes del estrés son de corta duración, pero los humanos tenemos la capacidad de mantenerlos vivos en nuestra mente, ocupando mucho espacio mental, incluso mucho después de que el evento haya terminado. Este hábito de darle vueltas a las cosas, también llamado cavilación, puede derivar en algo más serio conocido como rumia depresiva, donde aparecen pensamientos negativos sobre ti mismo y tu futuro. Estos pensamientos pueden volverse tóxicos si no los gestionas adecuadamente.
Evasión y supresión de las emociones.
Pregunta 4: Esta pregunta está relacionada con la evasión y la supresión de las emociones. ¿Tiendes a evitar pensar en la situación estresante o prefieres no compartir lo que sientes al respecto? A veces, una situación puede estar tan cargada emocionalmente que solo pensar en ella te provoca un nudo en el estómago. Es natural querer apartar esos sentimientos difíciles, pero aunque esta estrategia puede funcionar a corto plazo, no suele ser útil cuando el problema es crónico. Permitirnos sentir y procesar esas emociones es clave para evitar que el estrés se vuelva aún más profundo.
Amenaza al ego
Pregunta 5: Esta se enfoca en la “amenaza al ego”. ¿Sientes que tu orgullo y tu identidad personal podrían verse afectados si la situación estresante no sale como esperas? ¿Este estrés desencadena pensamientos negativos sobre ti mismo, hasta el punto de sentirte inútil? Es normal tener pensamientos autocríticos de vez en cuando, pero cuando se vuelven frecuentes, tu cuerpo entra en un estado de hipersensibilidad, reaccionando con niveles elevados de cortisol, la hormona del estrés. Este estado de alerta constante no solo afecta tu bienestar emocional, sino también tu salud física a largo plazo.
Autoevaluación y reevaluación
Pregunta 6: Esta pregunta te invita a reflexionar sobre si eres capaz de hacer una reevaluación positiva, es decir, si puedes replantear una situación estresante desde un punto de vista más optimista. La reevaluación positiva te permite tomar una situación que no es ideal y convertirla en algo beneficioso o, al menos, aliviar el dolor que causa. También evalúa si tiendes a ofrecerte un poco de autocompasión saludable, algo fundamental para navegar los desafíos sin ser demasiado duro contigo mismo.
Si la evaluación mostró que tienes dificultades con tus respuestas al estrés, no te desanimes. No siempre es posible cambiar de inmediato tu reacción automática, pero la mayoría de nosotros podemos aprender a cambiar la forma en que respondemos a nuestras propias respuestas, y ese es el ingrediente clave para desarrollar resiliencia al estrés.